lunes, 21 de noviembre de 2011

EDUCACIÓN PARA EL AMOR, Claudio Naranjo


He denunciado que la educación formal tradicional (p. ej., la patriarcal) es un desperdicio por demás destructivo en tiempos donde nuestra mayor necesidad no es otra cosa que la de una auténtica cultura, entendimiento y un buen corazón. 

Creo que la educación es nuestra mayor esperanza, en parte porque ya ha sentado las bases institucionales para lo que hasta ahora solamente tenía contemplado llevar a cabo, y que tal vez algún día realmente lo haga (ayudar en el desarrollo personal). Ahora bien, debido a que el problema más grave y más básico que tenemos en común es el subdesarrollo de la consciencia, y a que el viaje curativo contra la corriente del deterioro se percibe difícil, es necesario que hagamos hincapié en la prevención - y en la educación obligatoria ya contamos con el vehículo para la misma si solamente nos percatáramos de qué tan destructivo ha sido el querer educar a la juventud para que sean un reflejo de lo que nosotros somos, y de cómo, al creer que les estamos transmitiendo nuestros valores, lo que hacemos es mostrar una arrogante ceguera respecto a la forma en que les transmitimos nuestras plagas, y hasta qué grado lo hacemos. Si la gran esperanza de cambiar la educación ha de realizarse - y más vale pronto que nunca - habrá de fincarse en la sanación y transformación de los educandos, puesto que resultaría ridículo pensar que ello pudiera lograrse mediante una reforma curricular solamente. 

Y es así que surge la interrogante: ¿contamos con un método efectivo y factible a través del cual pudiéramos educar a los docentes ofreciéndoles las experiencias y entrenamiento que el mundo académico nunca les pudo brindar, y que sin embargo resultan indispensables para una educación orientada hacia la evolución personal y social? Creo haber creado semejante método y comprobado su efectividad tanto para satisfacción propia, como para la de mis colegas y alumnos. 

El lector interesado puede encontrar la información relevante en las secciones tocantes al SAT y al SAT-en-Educación, así como en mi libro Changing Education to Change the World, originalmente escrito en español (Cambiar Educación Para Cambiar El Mundo), y también publicado en portugués e italiano. 

Quizá lo más importante de todo esto es que lo que pretendo hacer es convencer a la gente de que nuestra mayor esperanza para poder superar nuestra actual crisis de una sociedad y civilización patriarcal yace en la educación. 


  

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